martes, 26 de abril de 2016

VR Moda: Me siento como en 'Cámbiame'

Buenísimos días, amigos. Hoy estoy contenta: porque estoy de estreno y porque he podido constatar que sin salir de Unquera podemos ir vestidos monísimos, tanto chicos como chicas. VR Moda tiene una gran variedad de ropa súper juvenil y muy ponible que no os podéis perder. Los diseños y los tejidos os sorprenderán. Y por si lo dudabais, son prendas muy asequibles que no tienen nada que envidiar en cuanto al precio a las grandes franquicias; de hecho, yo diría que son más baratas, en general.  


Muchas gracias, Eva, por la excelente y cercana atención.
Aquí os dejo algunas fotos de las prendas que podéis encontrar.
Un besazo!!!!















martes, 8 de marzo de 2016

Me ofenden los semáforos con falda



Yo no necesito semáforos con faldas, ni los quiero. Como pongan alguno en Unquera, pienso cruzar sin mirar, con dos cojones, y perdón.  No porque suene fuerte, que también, sino porque muchos pensarán que debería decir 'con dos ovarios', llevándome por delante una expresión coloquial en favor de una supuesta reivindicación del papel de la mujer, que se debería desprender de nombrar sus órganos.
A lo que iba, por lo de los semáfroros: me veía más identificada con el otro símbolo, que ahora me entero de que era un señor, le tenía por monigote sin género definido. A veces llevo pantalones, casi siempre, al igual que las mujeres que veo a mi alrededor, que si  por algo se caracterizan no es por llevar una falda. ¿Eso es promover la igualdad o es una manera de remarcar una diferencia que en la práctica no es mayor que la que pueden tener dos hombres o dos mujeres entre sí? Dos seres humanos al fin y al cabo.
Tampoco necesito que los políticos digan “ciudadanos y ciudadanas”. Y creo que esta forma de hablar incide de nuevo en una diferenciación que no tiene caso porque por todos es sabido que ‘ciudadanos’ no sólo es masculino sino también neutro. Quien se ofenda por esto entenderá correcto, como ya se ha escuchado, decir “miembros y miembras”, “torrelaveguenses y torrelaveguensas” y cosas así.
Ofenderse por esto lo veo rizar el rizo, aunque sí encuentro diferencias en la vida cotidiana, de esas que llaman ‘micromachismos’, que sinceramente no sé hasta qué punto son ofensivas para la mujer o más bien para el hombre. Es verdad que en el centro comercial sólo hay un sitio reservado para cambiar al bebé en el servicio de señoras. “Y si yo voy con mi hijo, ¿dónde le cambio?”, lamentaba un amigo mío comentando la situación.
A mí que nadie me felicite por ser mujer. Que me feliciten por mi cumpleaños, por un buen trabajo realizado o por aprobar un examen, pero no por ser mujer, que esto no me hace ser diferente ni especial. Que no me lo pongan más fácil en ninguna prueba para optar a un cargo público que si quiero ya me ocuparé de pasarla en condiciones normales y si son condescendientes con la altura mínima para acceder al puesto en cuestión que lo sean para todos, no sólo para las mujeres, que el mismo derecho tiene un hombre que seguramente haya estado toda su vida desayunando ‘colacaos’ y no llega al 1,70  a concurrir a esas pruebas.

Y con esto termino, lectores, y sólo lectores (las mujeres ya saben que entran dentro del grupo porque estoy utilizado el término en genérico).

domingo, 17 de enero de 2016

Ocho apellidos barquereños

¿Ocho apellidos vascos?, ¿catalanes?, ¿ y por qué no barquereños?





Juan tendrá que hacerse pasar por pejín para no dar un disgusto al abuelo de Barquera, la barquereña a quien está empezando a conocer.

Pero la misión no es tan fácil, especialmente teniendo en cuenta la procedencia del joven, que él considera que le aleja de San Vicente de la Barquera una barbaridad. Lolo, de profesión camarero, y con la sangre pejina, tratará de ayudarle.


¿Cómo funcionarán sus consejos en casa del abuelo?

Gracias a Nando Agüeros, por la música.

viernes, 1 de enero de 2016

Feliz 2016 y gracias por estar ahí



Aún estoy asimilando que empezamos un nuevo año. Pasa rápido la vida. Por eso, cada día estoy más convencida de que hay que aprovecharla. Ayer, tuve la oportunidad de compartir con vosotros el estreno de este nuevo: 2016. Me resulta muy raro escribir esta cifra, será porque es la primera vez que lo hago. Frente al reloj del Ayuntamiento de Torrelavega, junto a Paz Herrera y Gustavo G. Monterrubio, era la responsable de intentar contagiaros de alegría por el comienzo de algo nuevo, que me parece una excusa perfecta para tener motivos de mirar a la vida con optimismo. Sobre todo, me lo parece porque cualquier excusa es buena.
Como sabréis algunos, tuvimos un problema de sonido y no se escuchó nada de lo que dijimos. Y cuando te enteras, después de haber puesto tanta ilusión, lo primero que piensas es ‘qué pena’; también piensas en que te has colado sin darte cuenta en el ranking de los mayores errores en las campanadas, junto a las de Canal Sur del año pasado, donde justo a las doce se coló un anuncio; y a las de Telecinco cuando Carmen Sevilla gritó: "Feliz 1964", treinta años más tarde.
Ahora, en frío, esto es lo que pienso: Qué ilusión me han hecho los diversos WhatsApp con el siguiente texto: “Sara, no se oyen las campanadas en Vegavisión”. Que tanta gente esté pendiente de a tele para verte y que encima se preocupen porque quieren que te salga bien, me emociona. Y más teniendo en cuenta las alternativas en las distintas cadenas, que... !vaya nivel!. MIL GRACIAS.
Y también estoy contenta porque la experiencia ha sido muy bonita. Desde el principio, me planteé qué vestido llevar; claro, no es lo mismo salir en Nochevieja por Cabezón que dar las campanadas en la tele. Y dije: “Uy, ¿cómo me quedará a mí un vestido de esos elegantes?”. Pensaba que me iba a llevar medio mes la travesía de la elección. Escogí éste en Mercedes Novias, de Torrelavega. Contra todo pronósticco, no tardé ni cinco minutos. Me encantó. Es un buzo, con la parte de las piernas transparente, pero con un forro de color carne y con encaje. Además, el trato fue excelente. Gracias.

¿Y qué me hacía en el pelo? Me puse en manos de Ohiane, de Alon Estilistas, en el Bulevar Comercial Altamira. Me hizo estas ondas que veis y me maquilló de una manera muy suave y muy natural, que es como más me gusta. Además, me pasé un buen rato charlando con ella. Es del País Vasco y ha abierto la pelu hace tres años. Estoy segurísima de que le va a seguir yendo así de bien porque es una gran profesional.
Una nueva aventura en mi haber esta de dar las campanadas, la primera de la lista para este año.

ESPERO, DE CORAZÓN, QUE PARA TODOS SEA UN AÑO DE DIEZ
GRACIAS, GRACIAS Y GRACIAS

viernes, 25 de diciembre de 2015

Lo que le podría decir a mi hermano en Nochebuena


Tampoco hay tantas luces, los recortes ya sabes; ni tanta fiesta, aunque se oye un poco la música del Cernégula desde casa (me refiero al nuevo Cernégula, que es el antiguo Puzdle, no sé si llegaste a vivir el cambio). Además, no hace frío, con lo cual parece menos Navidad. He llegado a ver gente en manga corta esta tarde en San Vicente y no desentonaban. Aunque este último argumento a lo mejor no sirve para convencerte de que estás mejor a miles de kilómetros.
Respecto a lo de la fiesta, te he mentido un poco. Sí que hay. Desde casa se oye bastante. No sé mentir ni por escrito. Están poniendo ahora la canción de ‘La Gozadera’. Sí, aún sigue coleando. Y mis amigas deben de estar bailándola porque han escrito en el grupo de WhatsApp que salían a las dos y son las dos y cuarto. Corrijo. Es imposible que hayan salido aún. Siempre tardan mucho. Como yo. Creo que cuando decimos una hora damos por hecho que nos estamos refiriendo como poco a treinta minutos más tarde. No sé por qué lo hacemos, supongo que se ha convertido en una costumbre que no tiene ningún sentido. Como lo de llevar corbata, para que me entiendas.
Y hablando de corbatas. ¿Cómo va allí la gente vestida en Nochevieja? Aquí en Cabezón ya sabes que hay de todo. Lo mismo te encuentras a uno en chaqué que a otro en chándal y nadie le va a decir nada al respecto: todos van a centrar sus comentarios en desear feliz año.
Yo lo haré por la tele. Me toca dar las campanadas en Vegavisión. Con Paz Herrera, de Pasapalabra, y Gustavo G. Monterrubio, de Claramente Claro. Me hace ilusión. Ya tengo en casa el vestido. Es muy bonito, lo elegí en ‘Mercedes Novias’, en Torrelavega. Lo utilizaré para la retransmisión y luego, para salir por Cabezón, probablemente me ponga un chándal. 

Posdata: Aquí en España queremos que vuelvas pronto, pero no podemos ofrecerte trabajo aunque tengas estudios. Habrá que confiar en nuestros futuribles dirigentes, aún no se sabe quién va a gobernar. Tiempo de diálogo.





miércoles, 9 de diciembre de 2015

Os presento a Josean Noriega, espeleólogo



Josean Noriega en la entrada de la torca Urbio, en Bustablado.



El barquereño Josean Noriega se ha levantado a las seis y media de la mañana para meterse en una cueva y permanecer allí hasta bien entrada la noche. Es su día libre. ‘Está colgado’, dirán algunos; y técnicamente no estarán faltando a la verdad. Las cuerdas son imprescindibles para transitar por ciertos lugares. Para esta jornada, los integrantes del Club Cántabro de Exploraciones Subterráneas, al que pertenece, han preparado unos cuantos cientos de metros. Tienen asignada la zona de Udías, Bustablado y Duña, que pasan mucho tiempo explorando a la espera de que la comunidad científica certifique los hallazgos. 


Foto: Marta Gutiérrez Carro


A Josean le llama la atención que «siendo Cantabria la zona del mundo que más cuevas tiene por kilómetro cuadrado, no sean más de trescientas personas las federadas en la región». Él comenzó en esto hace dos años, cuando por casualidad, encontró una cueva en Saria, a la que tiempo después, los espeleólogos le pondrían el hombre de su hija, Esther. Le conquistó el compañerismo “sin parangón” de este deporte o afición, que bien podría considerarse “una adicción”, pero de las buenas, de las que permiten mantener la forma física a un hombre de 47 años que se siente “útil” mientras aporta su granito de arena a la sociedad.


Sin ánimo de hacer “ningún hallazgo extraordinario”, se contenta con “aportar lo que hay para generaciones futuras”. El barquereño agradece el apoyo a la Junta Vecinal de Duña y Bustablado.

Foto: Marta Gutiérrez Carro

lunes, 7 de diciembre de 2015

Os quiero presentar a Marisol Sánchez Llorente


Aunque su nombre coincida con el de la niña prodigio de los años sesenta, la Marisol de Helgueras (Val de San Vicente), que sí tiene puestas las canciones de la radio -montañesas- a todo volumen en la cuadra cuando llegamos, no se dedica a cantar. Desde que a su madre le diagnosticaron una enfermedad crónica hace cinco años, comparte con su padre las tareas de la cuadra. Aunque reconoce que son duras, no se queja y está orgullosa. A sus 18 años, es la ganadera más joven de la zona, y con un aspecto que la aleja de los de su gremio, se toma con humor que los que la conocen fuera de su trabajo desconfíen cuando se presenta como ganadera. “Lo primero son las risas, hasta que lo comprueban”, explica.
Es auténtica, natural, sonriente…Mientras arregla el ganado, sueña con ser Guardia Civil y cuando su tío la releva, se esconde en algún rincón de la nave o se marcha a casa en ‘la bala rosa’, como llama a su moto, para preparar los exámenes finales de Técnico de Atención a Personas en Situación de Dependencia.




He tenido la suerte de entrevistarla y poder presentárosla a través de Onda Occidental y el suplemento dominical de El Diario Montañés. Un auténtico honor y una experiencia muy enriquecedora. La respuesta de la audiencia, que es soberana, ha sobrepasado mis expectativas, y eso que eran altas, vista la materia prima. Mención especial merece el club de fans que se formó en el restaurante La Asturiana, de Unquera, en torno a la protagonista del día. 

En fin, que muchas gracias.